Desde las paredes de una prisión consiguieron ser libres. Se dejaron llevar por la imaginación y en pleno encierro encontraron una motivación para incorporar a sus vidas momentos más llevaderos. Uno logró plasmar sus ideas en papel ni bien ingresó a la Penitenciaría de Mendoza y el otro descubrió allí un amor que desde hace mucho tiempo tenía guardado: escribir con palabras sencillas mensajes de esperanza y darles forma a través del dibujo. Al hacer un repaso por su historia, Emanuel Ávila (26) y Pedro Anabalón (42) aseguran que a pesar de los errores cometidos es posible cambiar. Justamente, transmitir ese mensaje, es el objetivo que los llevó a sumar su punto de vista a las páginas del primer libro producido por internos y penitenciarios del Complejo San Felipe, ubicado detrás del antiguo edificio de calle Boulogne Sur Mer (Capital). El proyecto comenzó hace más de un año y en octubre pasado el sueño de muchos se convirtió en realidad una vez que los primeros 500 ejemplares a color comenzaron a ocupar un lugar en las bibliotecas de distintas instituciones para adultos.Fueron los docentes del Centro de Educación Básica para Adultos (CEBA) N°3-122 “Algarrobo Telteca” con la ayuda de la Dirección General de Escuelas quienes llevaron adelante la experiencia. Pero las poesías, reflexiones y dibujos realizados por los mismos convictos y empleados del Penal se transformaron en el condimento básico que le sumó arte al libro “Sin cadenas”. En total, 140 internos acercaron sus trabajos a un jurado integrado por seis profesores, periodistas y docentes locales. Ellos seleccionaron las 40 mejores creaciones entre las que figuran las de Emanuel y Pedro.Hoy, después de mucho camino andado, ambos transmiten en sus estrofas aquello que consideran primordial para sí; regresar con los suyos y aportar algo positivo a la sociedad. ... Zulema Usach zusach@losandes.com.ar
